Las Médulas
Las Médulas catalogado como ‘Bien de Interés Cultural’, ‘Patrimonio de la Humanidad’ y ‘Monumento Natural’. Esta ha sido una semana larga, llena de fiestas y eventos, pero aun así hemos aprovechado un ratito para desplazarnos a la provincia de León, a visitar este magnífico lugar.
Cuando uno se adentra en la zona de Las Médulas ya empieza a percibir que está en un oasis paisajístico inigualable. Bosques profundos, con una gran presencia de castaños milenarios, con gran diversidad de formas diversas y llamativas, un ambiente de tranquilidad total. Y sobre todo, ese color llamativo de las montañas que impregna todo de ese tono anaranjado. A lo largo de las distintas rutas, descubrimos lugares de reposo, fuentes, bancos para el descanso y papeleras de madera que gritan conservar un lugar así limpio.
Un punto obligatorio es el mirador de Orellán. Un lugar adaptado para poder maravillarse con un paisaje sin precio para la vista. Desde él podemos observar todo el paisaje completo de la zona, esas montañas naranjas sobresaliendo sobre la verde flora. En él puedes quedarte horas y horas embelesado. Según ascendemos vamos notando que baja la temperatura, que todo se vuelve más fresco y agradable.
Por tres euros se puede acceder a las galerías de Orellán. Son túneles que formaban parte de la zona romana de trabajo en Las Médulas. Dentro, un mirador interno, un hueco en la roca que es visible desde el exterior pero que ofrece otra visión del paisaje. No es un largo camino, pero uno no puede resistirse a entrar. Tras ponerse el casco que te dan en la entrada recorres un trayecto corto, de cuevas frías y por el que, en algunas zonas, es difícil pasar debido a su escasa altura. Son galerías por las que una vez pasó el agua de los ríos que desviaban y que así podían derrumbar las montañas para poder extraer el oro que buscaban los romanos. Por unos segundos uno se ausenta de la realidad y viaja en el tiempo disfrutando del ambiente de silencio y belleza.
Esto nos cuenta Wikipedia de Las Médulas.
Las Médulas fue en su origen una explotación romana de oro a cielo abierto, aunque los pueblos indígenas prerromanos ya habían explotado el yacimiento, bateando los placeres fluviales. Seguramente los romanos empezaron a trabajar en la zona en la época del emperador Octavio Augusto, quien dirigió personalmente la mayor parte de las acciones que entre los años 26 y 19 a. C. conquistaron definitivamente los pueblos del norte de la península ibérica.
No se debe confundir el topónimo actual con el monte Medulio, donde tuvo lugar el holocausto de galaicos, cántabros y astures, que prefirieron darse muerte antes que entregarse. No obstante, la ubicación del monte Medulio es todavía objeto de discusión.
Plinio el Viejo, que en su juventud fue administrador de las minas, relata que se extraían al año 20 000 libras de oro,3 lo que, teniendo en cuenta los 250 años de explotación, daría 5 000 000 de libras de oro. Según los datos del profesor y arqueólogo Antonio García Bellido, las tierras removidas alcanzan los 500 millones de metros cúbicos, lo que, calculando un rendimiento medio de 3 gramos por tonelada de tierra, daría como resultado 1 635 000 kg. Sin embargo, otros estudios reducen considerablemente estas cifras, considerando que durante los 200 años en que se exploraron las minas, se obtuvo una producción media anual inferior a 25 kg, siendo por tanto la cifra final inferior a los 5000 kg.
En cuanto al número de trabajadores, Plinio habla de 60 000 obreros manumitidos. Estudios modernos, basados en la tierra removida, hablan de 10 000 o 20 000 hombres, contando con suministradores, guardianes, etc. Plinio comenta en sus escritos la dureza del trabajo: «es menos temerario buscar perlas y púrpura en el fondo del mar que sacar oro de estas tierras».